La etimología de
Londres es incierta. Es un topónimo muy
antiguo que aparece en fuentes del siglo II d. C. Hacia el
121 d. C. aparece citada como Londinium, término que
apunta a un origen britanorromano del
asentamiento. El primer intento de aclaración, hoy descartado, se atribuye a Godofredo de Monmouth,
quien en su Historia
Regum Britanniae sostenía que el topónimo provenía de un tal rey
Lud que supuestamente tomó la ciudad y la nombróKaerlud.
Desde 1898 se aceptó comúnmente que el topónimo tenía origen celta y significaba lugar
perteneciente a un hombre llamado *Londinos, pero esta explicación también ha
sido rechazada. En 1998 Richard Coates propuso la explicación de que el nombre
proviene del hidrónimo
antiguo europeo lowonida, que significa «río
demasiado ancho para vadearlo», y sugirió que era un nombre que se daba al
tramo del río Támesis a su paso
por Londres. De este topónimo derivaría su forma céltica, *Lowonidonjon, aunque
la transformación de la palabra es demasiado grande. La dificultad es conciliar
el nombre latino, Londinium, con el que se le da en el idioma galés moderno, Llundain.
No se puede descartar la posibilidad de que este nombre galés se tomara
prestado del inglés en tiempos posteriores y por tanto no pueda ser tomado como
referencia para la reconstrucción del nombre original de la ciudad.
Oficialmente, hasta 1889 el nombre Londres solo se aplicó a la City, pero desde
entonces se refiere también al condado de Londres y al Gran Londres.
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